domingo, 28 de octubre de 2007

Pie de Atleta.


Una de cada cuatro personas se ve afectada por infecciones en la piel producidas por hongos. La más frecuente de estas infecciones es el Pie de Atleta.
El pie de atleta es una infección micótica, producida por hongos dermatofitos (que se alimentan de queratina) o por levaduras (casos muy raros con alteración del sistema inmune). Afecta los pliegues interdigitales, la planta y los bordes del pie.

Signos y síntomas


El pie de atleta causa enrojecimiento y picor. Algunas personas pueden cursar asintomáticas excepto por la característica maloliente de la infección. Es frecuente ver también grietas, ampollas y escamas en el área afectada. En casos de mala circulación periférica en las extremidades, como en ciertos pacientes diabéticos se pueden acompañar con posibles complicaciones infecciosas, celulitis y amputaciones del pie.

Diagnóstico


No solo los hongos del pie de atleta causan irritación del pie, otras enfermedades como la eccema y la psoriasis o irritaciones por productos del calzado (tintes, adhesivos, etc) entre otros pueden causar dolor, picor y eritema. Por ello, el diagnóstico correcto debe ser precedido por una historia clinica completa, la toma de muestra raspando la zona afectada para realizar un examen directo en busca de hifas características del hongo y para realizar la siembra de un cultivo micológico para la identificación del organismo.

Patogenia

El pie de atleta puede presentarse en tres formas clínicas:

· Forma crónica intertriginosa presentada como un infección interdigital seca, cuyos síntomas son: picazón (en algunos casos), maceración blanquecina, grietas y fisuras con un olor característico y descamación.

· Forma aguda, generalmetne plantar: picor (en algunos casos), grietas e hiperqueratosis por donde todo el pie se amolda al zapato. Es frecuente ver ulceraciones y costras en lugares de mayor fricción.

· Forma vesicular húmeda: con vesículas que nunca deben de ser explotadas intencionalmente y dolor.

¿Cómo se contrae?


Los hongos encuentran en los ambientes húmedos (piscinas, saunas, duchas, gimnasios , zonas públicas…) condiciones especialmente favorables para su desarrollo. Una persona sana al caminar descalza pierde constantemente escamitas finísimas de la piel y las reparte invisiblemente por el suelo. En las personas ya infectadas, estas escamitas contienen esporas de hongos que pueden infectar fácilmente a otras personas al entrar en contacto con la piel.

¿Cómo se trata?


· Aplicar un antimicótico (por ej.: clotrimazol) de 2 a 3 veces al día y continuar aplicándolo de 2 a 3 semanas después de la desaparición de los síntomas.


· Lavar los pies cada día y secarlos cuidadosamente, sobre todo entre los dedos. A continuación aplicar el antimicótico.


· Para reforzar el tratamiento es aconsejable emplear una presentación en polvo durante el día (mantiene seca la piel) y otra en crema durante la noche (asegura la máxima absorción del principio activo).


· También es importante una higiene personal adecuada y la utilización de una toalla de algodón límpia cada vez.

¿Cómo puede prevenirse?

1. Secar bien los pies después de lavarlos, especialmente entre los dedos.

2. No dejar los pies en agua caliente más de 10 minutos.

3. Cambiar los calcetines y el calzado diariamente. Siempre que sea posible, llevar zapatos transpirables de piel o materias naturales.

4. Evitar las rozaduras causadas por zapatos que no se ajusten adecuadamente.

5. Utilizar zapatillas en gimnasios, piscinas, vestuarios y duchas.

6. Si usted o algún miembro de su familia padece pie de atleta, evite caminar descalzo por alfombras y moquetas.

7. Para evitar la nueva aparición del pie de atleta es aconsejable espolvorear calcetines y zapatos con un antifúngico en polvo.